Situado entre Atlántico y Mediterráneo, dominado por la cadena del Atlas que culmina a más de 4000 metros al sur, en el desierto. Tierra donde se exponen los caprichos de la naturaleza, colores, relieves, paisajes múltiples y también paleta humana revelando contrastes que atrapan para siempre.

Marruecos ofrece la posibilidad de cambiar de clima en pocas horas: de las cumbres nevadas al desierto a la playa. La media de sol anual es superior a ocho horas al día en Agadir, Fes, Marrakech y Ouarzazate, con una temperatura media de 21º. Marruecos ha optado por el desarrollo del turismo y ofrece grandes oportunidades para los inversores nacionales como internacionales.

Marruecos pertenece a la vez al entorno oceánico, al mundo mediterráneo y al territorio sahariano. Sólo un estrecho de 14 kilómetros le separa de Europa. Por ello, constituye un cruce de caminos entre Oriente y Occidente. El futuro es particularmente interesante para las empresas españolas. El estado ha animado el desarrollo de esta actividad incentivando el surgimiento de una verdadera industria turística y siendo un sector prioritario de la economía nacional. Marruecos colocó la atracción de inversores en el centro de su estrategia económica. Este proceso pretende convertir a los inversores extranjeros en auténticos socios privilegiados para el desarrollo del país. Por eso, a lo largo de estos quince últimos años, el Reino de Marruecos realizó una serie de reformas con el fin de favorecer su apertura en el mercado internacional. Como prueba del interés suscitado por el país, el flujo de inversiones directas extranjeras (IDE) procedente de los países árabes creció considerablemente en estos últimos años.

Dichas reformas permitieron, entre otras, una serie de ventajas:

  • La adopción de la carta de inversión, no discriminatoria para los extranjeros e integrando medidas para reducir el coste de la inversión y simplificar los procesos administrativos.
  • La apertura de la casi totalidad de los sectores al capital extranjero.
  • La liberalización del comercio exterior y del régimen de los cambios.
  • La modernización del marco jurídico dentro del cual evolucionan las empresas: ley de sociedades, código de recaudación de créditos, creación de tribunales de comercio, organización de centros de arbitraje, adopción de la ley sobre la competencia, protección de la propiedad intelectual.
  • La privatización y el desempeño del Estado en ciertos sectores con motivo de conceder un papel mayor al sector privado en el desarrollo económico (transporte vial de mercancías y de personas, apertura del espacio aéreo marroquí a la competencia extranjera, la liberalización del sector energético, reforma del sector audiovisual, liberalización de las telecomunicaciones, privatización de empresas públicas, reforma del sector bancario y del mercado de capitales).

Dichas medidas se suman a los numerosos atractivos que el reino de Marruecos ofrece a los inversores:

  • Una mano de obra asequible pero cualificada y preparada para adaptarse a las evoluciones de las necesidades económicas.
  • Un mercado interior de buen tamaño con 30 millones de consumidores, y que crece de 450.000 habitantes/año.
  • Una capacidad de acogida y superior calidad de vida, a la de su entorno.

Nuestros proyectos en Marruecos

Polo de Comercio y Servicios Chorok Tarfaya

El Polo de Comercio y Servicios Chorok Tarfaya es un gran centro industrial y de comercio que se convertirá en el centro neurálgico de los negocios y servicios de una extensa zona en imparable desarrollo.